goloso

"¿Qué Dios nos ha plagado con este invitado gourmaund?" Como esta pregunta exasperada de la traducción de Homero del siglo XVIII de Alexander Pope Odisea sugiere que ser gourmand no siempre es algo bueno. Cuando goloso comenzó a aparecer en textos en inglés en el siglo XV, era algo decididamente malo, sinónimo de glotón que estaba reservado para un comensal codicioso que consumía mucho después de la saciedad. Esa connotación negativa se mantuvo principalmente hasta que los angloparlantes tomaron prestado el sonido similar y mucho más positivo gourmet del francés en el siglo XIX. Desde entonces, el significado de goloso se ha suavizado de modo que, aunque todavía no es del todo halagador, ahora sugiere a alguien a quien le gusta la buena comida en grandes cantidades en lugar de un glotón baboso.